Formatos de archivo históricamente inofensivos
Históricamente se han considerado archivos potencialmente peligrosos para Microsoft Windows los que poseían las muchas extensiones de aplicaciones ejecutables que existen. En su código es posible ocultar cualquier acción dañina para el sistema, y puede ser disimulada y pasar desapercibida par el usuario. EXE, VBS, PIF, SRC, VBS, BAT y un largo etcétera, son extensiones de las que hemos aprendido a desconfiar hace tiempo. Desde hace poco, sin embargo, se pueden unir al conjunto de sospechosas muchas otras que se han considerado desde siempre confiables.
De un tiempo a esta parte, se ha popularizado el uso de archivos con extensiones históricamente confiables con la finalidad de difundir código malicioso. El ejemplo más claro y conocido ha ocurrido con la vulnerabilidad de procesamiento de WMF (Windows Meta File) que permitía la ejecución de código arbitrario en el sistema con la simple visualización de una imagen. Este fallo ha permitido la dispersión de virus ocultos bajo aparentemente inofensivas imágenes con formatos JPG o GIF gracias a exploits muy potentes y sofisticados.
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